Los comienzos
Du Xinwu (1869-1953) comenzó su entrenanmiento de artes marciales a la edad de 6 años en el colegio privado al que asistía. Luego de tres años tuvo la oportunidad de poder aprender con Yan Ke, un erudito en literatura y artes marciales. Con la guía de este anciano maestro logró hacer grandes progresos en tan solo un año de entrenamiento. A causa de su avanzada edad, Yan Ke enfermó y quedó postrado en cama. Entonces le recomendó a Du Xinwu que visitara a un Taoísta amigo suyo que vivía en las montañas cercanas. Este hombre vivía en una cabaña rodeada por una alta pared sin puertas, quién quisiera entrar debería pasar sobre el muro. El Taoísta entrenó al joven pupilo y una de las primeras cosas que éste tuvo que aprender fue saltar sobre el muro para poder seguir las lecciones del maestro en el patio interior. Esto le permitió comenzar a desarrollar Qinggong o el arte de hacerse liviano, un tipo de entrenamiento clásico de muchos estilos de kungfu.
Du Xinwu (1869-1953) comenzó su entrenanmiento de artes marciales a la edad de 6 años en el colegio privado al que asistía. Luego de tres años tuvo la oportunidad de poder aprender con Yan Ke, un erudito en literatura y artes marciales. Con la guía de este anciano maestro logró hacer grandes progresos en tan solo un año de entrenamiento. A causa de su avanzada edad, Yan Ke enfermó y quedó postrado en cama. Entonces le recomendó a Du Xinwu que visitara a un Taoísta amigo suyo que vivía en las montañas cercanas. Este hombre vivía en una cabaña rodeada por una alta pared sin puertas, quién quisiera entrar debería pasar sobre el muro. El Taoísta entrenó al joven pupilo y una de las primeras cosas que éste tuvo que aprender fue saltar sobre el muro para poder seguir las lecciones del maestro en el patio interior. Esto le permitió comenzar a desarrollar Qinggong o el arte de hacerse liviano, un tipo de entrenamiento clásico de muchos estilos de kungfu.
Luego de un tiempo el Taoísta se marchó con rumbo desconocido
y más tarde su maestro Yang Ke falleció.
Buscando un nuevo maestro
Luego de que su maestro de kungfu muriera, Du continuó
practicando por sí mismo hasta que a los 13 años de edad, motivado por su gran
deseo de seguir aprendiendo, pegó
anuncios en los comercios locales que decían “Du Xinwu, 13 años, reconocerá como
su maestro a cualquiera que pueda ganarle en una pelea”. Esto hizo que muchos
practicantes de artes marciales fueran en busca del muchacho, bien con la idea
de conseguir fácilmente un trabajo como maestro de kungfu o simplemente
pensando en “darle su merecido al pequeño insolente…” Una cosa tenían en común todos los aspirantes: pensaban que iba a ser una pelea
sencilla y corta. Y en el fondo tenían
razón…. porque ninguno de ellos fue rival para el joven Du Xinwu que lograba noquearlos
en unos pocos movimientos. Luego de
ayudarlos a que se repongan, les daba las gracias y algo de dinero por la
molestia de haber ido hasta su casa.
Esto siguió así hasta que cierto día un maestro de apellido Wang pasó de viaje por la zona
donde vivía Du y vió el anuncio en un negocio. Wang había estudiado artes
marciales en el monasterio de Shaolin y poseía un alto nivel de práctica por lo
que sintió curiosidad y fue en busca del muchacho. Al recibir a Wang en su casa,
Du Xinwu se dio cuenta inmediatamente de que éste no era un maestro ordinario
por lo que decidió ir con prudencia y respetuosamente le pidió una pequeña
demostración de su arte antes de la pelea. Wang accedió y Du Xinwu quedó
impresionado con los movimientos de Wang. Luego de su demostración Wang le
pidió al muchacho que hiciera lo propio y éste le demostró algunas formas que
había estado practicando. Wang le dijo a Du Xinwu que tenía un muy buen nivel
pero que algunos movimientos necesitaban ser mejorados. Du Xinwu no necesitó combatir con Wang para saber que era la persona que
había estado buscando, rápidamente se arrodilló e hizo el gesto tradicional de
respeto pidiendo a Wang que sea su maestro.
Wang hizo que el muchacho se levantara y le explicó que no podía
quedarse para enseñarle, pero que tenía en mente al hombre perfecto para que lo
instruyera. Le dijo que enviaría a un amigo suyo, que era un maestro algo
excéntrico, pero que poseía un alto
nivel de artes marciales. Antes de marcharse, Wang le recomendó enfáticamente que fuera amable y humilde
con aquél maestro.
Llega el maestro Xu
Luego de varios meses de espera, llegó a la casa de Du Xinwu
un hombre con una carta de presentación escrita por Wang. Al leer la carta y enterarse de que quién la
traía era el experto del que Wang había hablado en su encuentro, Du Xinwu no
pudo más que decepcionarse. No lograba ver en este hombre nada extraordinario,
al contrario de como le había sucedido con Wang. De hecho lo único que le llamó
la atención de este hombre era su corta estatura, era casi enano. Sólo por
respeto a Wang y para no romper su palabra, Du Xinwu invitó al extraño a
quedarse en su casa. Nadie sabe el nombre real de este maestro, los que lo
conocían lo llamaban por su apellido: Xu y en son de broma le agregaban el
nombre de Aizhai que significa enano.
Luego de su llegada a la casa de Du Xinwu, los días
comenzaron a pasar y Xu parecía no tener intenciones de enseñar al joven. Un
día, la ansiedad pudo con el joven que interceptó a Xu y bruscamente le preguntó: “Piensa usted enseñarme algo?” A lo que Xu
respondió: “Soy un hombre ordinario, qué
podría yo enseñarte?” Recordando la
recomendación de Wang de no ofender al excéntrico maestro el joven decidió
dejar las cosas como estaban pensando que quizás era una prueba de parte de Xu.
Los días siguieron pasando y la ansiedad
otra vez pudo con el joven Du Xinwu y cuando volvió a increpar a Xu este le respondió
enojado: “No soy un artista callejero,
no tengo nada que mostrarte, si no me dejas vivir aquí me marcharé de inmediato” Du Xinwu no supo que hacer, pidió disculpas
rápidamente y decidió dejar que las cosas siguieran su curso.
Luego de esto, Du Xinwu continuó practicando kungfu por sí
mismo, todos los días, mientras Xu se sentaba debajo de un corredor y observaba
la práctica distraídamente. Pasaron otros seis meses hasta que un día Du Xinwu
decidió volver a pedir a Xu que le instruya, esta vez se arrodilló en señal de
respeto y le dijo: “Gran maestro,
perdóneme si lo he ofendido anteriormente. Por favor, enséñeme artes marciales,
le prometo que si logro algún progreso nunca lo olvidaré” Para su asombro, Xu
lo hizo levantarse de inmediato y en vez de mostrarse enojado accedió a
instruirlo.
Así, Du Xinwu comenzó su aprendizaje de Ziranmen Kungfu con
el fundador del sistema, Xu Aizhai. Al comienzo, Xu enseñó a Du Xinwu varios
métodos de caminar en círculo y más tarde a caminar sobre postes enterrados en el
suelo con pesos amarrados a sus tobillos. Xu le dijo que estos ejercicios eran
para desarrollar su energía interna por lo que debía de estar lo más relajado
posible mientras practicaba y tratar de concentrarse en su abdomen para que
tanto el movimiento respiratorio como su energía se acumularan en esa zona del
cuerpo. Después de varios meses de práctica, Du Xinwu comenzó a sentir la
circulación de energía por su cuerpo y aprendió a canalizarla para ayudar a la
emisión de fuerza en los golpes.
La prueba
A pesar de los logros adquiridos, el joven Du sentía que el
entrenamiento era muy tedioso y rutinario y pidió a Xu que le enseñara algo
nuevo. Este se rehusó diciendo que lo que le había enseñado todavía no estaba
bien desarrollado. Que esta práctica era muy importante porque coordinaba los
movimientos corporales y los pasos con la mente y la energía corporal creando
una base muy sólida para los entrenamientos futuros. Le dijo que debía llegar a
la maestría de estas prácticas sencillas si realmente quería avanzar en su
entrenamiento. Al darse cuenta de que Du
Xinwu se sentía frustrado Xu le dijo: “Si no me crees podemos hacer una prueba,
trata de golpearme!”
Du Xinwu había estado esperando ese momento desde hacía mucho
y no tardó en saludar con respeto a su maestro antes de atacarle con toda su
potencia y velocidad. Cada vez que un golpe estaba a punto de tocar el cuerpo
de Xu, éste salía de la distancia del golpe y nunca era alcanzado. Du Xinwu
intento un largo rato de manera contínua y con todos los métodos que conocía de
alcanzar a su maestro, pero fue imposible. Llegó un momento en que el joven
necesitó parar para recuperar fuerzas y el viejo maestro le dijo con una
sonrisa: “Es que tus puños son demasiado
pequeños, mejor vé y elige un arma para atacarme” Du Xinwu se dirigió hacia un
armero y cogió dos afiladas espadas para luego preguntarle a su maestro que
arma escogería él, Xu dijo: “No necesito
armas, mi pipa es más que suficiente si el caso lo requiere” Al ver la pipa que le mostraba Xu, de menos de
30 cm de largo, Du Xinwu se preocupó y dijo:
“Maestro ¿ Si algo llegara a pasar…?”. “No te preocupes, ni espadas ni
lanzas pueden dañarme” Dijo Xu en tono enfático.
Luego de un momento de duda, Du Xinwu se lanzó hacia su
maestro tratando de asestarle un golpe a la cabeza desde arriba. La espada
golpeó la mesa sobre la que estaba sentado Xu. Cuando giró su cabeza, Du Xinwu
vió como su maestro estaba fumando tranquilamente sentado en un taburete a sus
espaldas. Decidido a intentarlo nuevamente, Du Xinwu arremetió con una andanada
de golpes que nunca llegaron a tocar a Xu. Luego de un rato de intentos fallidos, el joven arrojó sus
espadas al suelo, se arrodilló frente al maestro e hizo tres reverencias, luego
dijo: “Ahora entiendo que es su
desarrollo de Qinggong (Habilidad de hacerse liviano) lo que le ha permitido
esquivar mis espadas”. Desde ese día en adelante, Du Xinwu se dedico con gran
esmero y sin dudas al entrenamiento de los ejercicios fundamentales del
Ziranmen Kungfu, alcanzando logros aún mayores a los que ya había obtenido anteriormente.
Viajando en busca de
nuevos horizontes
En el año 1885, cuando Du Xinwu tenía 16 años, Xu sintió que
su alumno había crecido y madurado suficientemente como para agrandar sus
horizontes. Comenzaron un viaje a pié por la provincia de Sichuan y
alrededores. Este viaje enriqueció enormemente los conocimientos del joven Du
Xinwu a través de contactos con diferentes maestros de renombre dentro de las
artes marciales chinas de aquella época. Luego de un tiempo y viendo que su
alumno estaba completamente maduro como para seguir su viaje y su práctica de
kungfu por sí mismo, Xu Aizhai le dejó y siguió su propio viaje sin rumbo fijo.
Con el correr de los años Du Xinwu se convirtió en un maestro
conocido en toda China, enseñó en el instituto central de artes marciales de
Nanjing, donde enseñaron los mejores maestros de kungfu de su época. Fue colega
y amigo de maestros de la talla de Wang Xiangzhai (creador del estilo Yiquan),
Yang Chengfu (nieto del fundador del estilo Yang de taichí), Sun Lutang (conocido
maestro de Xingyiquan, Baguazhang y creador del estilo Sun de taichí) y de Liu
Baichuan (maestro del estilo Lohan quan de shaolin).
Ademàs de su propio hijo llamado Du Xiusi, tuvo sólo dos discípulos en toda su vida: Guo Qifeng y Wan
Laisheng quién enseñó abiertamente el estilo Ziranmen a un gran número de alumnos.
WUYIDAO
Informes 682 676 863
wuyidao@ymail.com
La
escuela Wuyidao ofrece clases grupales y particulares de estilos de Wudang kungfu (Taiji Quan, Bagua Zhang, Xingyi Quan y Ziran Men) en la ciudad de
Barcelona y alrededores. También ofrece seminarios de formación,
instructorados y cursos de representación para toda España.
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